miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sobre la huelga general del 29-S

Esta es una huelga atípica, o al menos extraña. Si analizamos la convocatoria de huelga general desde todos los puntos de vista significativos, todo el mundo (unos en mayor medida que otros) tiene motivos para desear cierto éxito al paro convocado por los dos sindicatos mayoritarios.
1.Está claro que los sindicatos quieren y necesitan el éxito de la huelga, pero en la justa medida que haga al gobierno rectificar frente a sus demandas. Tampoco quieren aparecer en la historia de este país como los mayores causantes de la caída de un gobierno socialista en pos de uno de derecha.
2.Al gobierno se le nota claramente que esta huelga, después de las medidas tomadas y anunciadas, es normal que se convoque. No quiere un éxito total porque eso haría que se tuvieran que plantear muchas cosas, pero tampoco desean una fracaso rotundo de la huelga, porque eso debilitaría a los sindicatos frente a la corriente existente dentro de la derecha más radical de que no sirven para nada.
3.Los que nos consideramos ideológicamente de izquierdas, nos movemos en un amplio abanico desde los más partidarios de la huelga porque esto no se debe consentir a los menos partidarios de la huelga porque este significa pones una alfombra azul para Rajoy hacia la Moncloa. A cada uno de nosotros, nos toca darnos respuesta sincera con nosotros mismos y coherente con nuestro entorno mas inmediato.
4.A la clase empresarial propietaria (no me refiero a pequeños empresario y mayoría de autónomos), al partido popular, a los voceros de la derechas, los que son ideológicamente de derechas pero que nunca lo reconocen llamándose de centro, liberales, reformistas…y a las gentes de derecha; a todos estos, el panorama les parece perfecto. Se muestran verbalmente agresivos contra la huelga, ese derecho que nunca terminaran de entender. Seguramente será porque nunca han sentido en sus carnes la sensación de sentirse explotado. Aunque no lo verbalicen, están contentísimos con la huelga. Para que molestarse si entre ellos se destrozan.
Mis reflexiones:
1.El Gobierno tiene que hacer un acercamiento a los sindicatos. Claro, palpable y que se vea plasmado en el boletín oficial del estado.
2.Los sindicatos tiene que entrar en al siglo 21. No me considero sospechoso y a pesar de mirarlos con buenos ojos, tiene tanto que cambiar en su funcionamiento…
3.Aunque nos llamemos de izquierdas no podemos caer en la utopía de dar la espalda a los mercados. Mientras que los mercados nos prestaban dinero para endeudar al estado con políticas sociales nadie hablaba de los mercados. Mientras necesitemos que nos presten “su dinero” para hacer “nuestras políticas”, estamos en sus manos. Por tanto, el estado tendrá que ser muy eficiente en el gasto y recaudar más vía impuestos para no depender del dinero que nos prestan los mercados financieros. ¿Estamos dispuestos?
4.Las cifras de productividad de nuestro país son una vergüenza. ¿Que clase de empresarios tenemos que no invierten en investigación, ni en tecnología, ni en formación de los recursos humanos…que prefieren gente fatigada y humillada antes que contratar a una persona más necesaria? ¿Dónde está el orgullo de los trabajadores en el que nuestra productividad individual no aporta tu parte del trato en las relaciones laborales?
5.Existen buenos empresarios y grandes trabajadores. Pero este país no avanzará mientras que en la cabeza de la mayoría de empresario esté el pensamiento de que los asalariados lo que quieren gana cuanto más mejor trabajando lo menos posible. Pero la mayoría de trabajadores asalariados deberían entender que una relación laboral consiste en prestar tu trabajo a cambio de un sueldo, que no en cumplir meramente un horario laboral. Todos tenemos en la cabeza el nombre de algún compañero que no cumple con su trabajo que se limita a llegar e irse a su hora, mientras los demás tenemos que sacar el trabajo adelante. Y la actuación de esta persona no está justificada ni tan siquiera cuando muchas veces las cosas salen adelante a pesar de la incompetencia del jefe o propietario.
6.El mercado laboral tiene que ser reformado pero con un pleno acuerdo nacional. En este aspecto también la sociedad se está dualizando. No podemos dividir la sociedad entre los que tiene trabajo y lo tiene todo, y los que paraos que no tienen nada. Esto así no se sostiene. Los que tienen sus trabajo no están dispuestos a dejar ni uno de sus 45 días de indemnización por despido por el camino en aras de mejorar el mercado laboral; mientras que los que están paraos están dispuestos a aceptar cualquier precariedad laboral impensable a cambio de poder trabajar aunque sea un tiempecito…
7.De las pensiones, ya hablamos otro día…